OBRA CONSTRUIDA_AMPLIACIÓN DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES BIOMÉDICAS (CIBM). 2008-2011



La respuesta que se plantea responde a la necesidad de ampliación del Centro de Investigaciones Biomédicas promovido por la fundaciñon Campus de Ciencias de la Salud. Aunque la ampliación se concibe como un nuevo edificio, está conectado en cada planta al ya existente, convirtiéndose en una prolongación del mismo a nivel de planta, que en el exterior toma mayor independencia a pesar de construir una conexión visual mediante un cuerpo ligero.
El edificio se forma de basamento de hormigón que en el nivel superior se convierte en una cinta que enmarca una caja de vidrio traslúcida que flota sobre el terreno.


Desde el principio el claro cometido que iba a desempeñar el edificio fue nuestra línea de investigación formal, en la búsqueda de la idea del proyecto, lo más consecuente posible con su fin último. Todos hemos visto, en alguna ocasión, esas imágenes que producen las planchas de microscopio en la investigación básica. Aumentadas miles de veces, abstraídas de su contexto original, se convierten en manchas de colores, sin origen determinado, que forman composiciones tan atractivas como extrañas son para los profanos. Esas imágenes suelen provenir del uso, en “básica”, de una sustancia llamada Cyber green, un pigmento verde que funciona como un foto-estimulador que traslada a una imagen los testigos y resultados que un ensayo concreto produce. Esta es la idea que soporta gran parte del proyecto, y en concreto la imagen de su fachada principal, la más expuesta, matizada en un verde tornasolado que responde a la idea anterior.



Formalmente el edificio se configura como una cinta continua de hormigón gris que aloja una caja vítrea y translúcida que flota sobre el terreno. Los filtros de luz que se producen a su través, con el uso del vidrio y la vegetación, crean espacios dinámicos y cambiantes a los largo del tiempo y de las estaciones. Y esto es conseguido con una intencionada escasez de recursos. Sólo dos materiales son empleados para conseguir todo el juego espacial y volumétrico: hormigón y vidrio. En efecto, el hormigón de la estructura y los cerramientos, además del vidrio diáfano que envuelve los laboratorios, constituyen una apuesta formal en donde la escasez de recursos enfatiza su aplicación.



La fachada principal, además del contenido ideático que se argumenta, emplea ciertas medidas de control bioclimático que conviene repasar. La insolación directa queda protegida mediante un “colgado” de vegetación autóctona, de hoja caduca, plantada sobre maceteros que apoyan en una pasarela de mantenimiento que recorren el frente de norte a sur. Son precisamente los maceteros, conforme a la idea del edificio, los que aportan, con su juego cromático, la lectura que se pretende conseguir. El Cyber green es entendido en ellos, además de una referencia al trabajo de la investigación básica, como una oportunidad para dotar a cada laboratorio de un pequeño jardín exterior que los propios investigadores puedan hacer suyo, e incluso mantener. Es una estrategia que vincula investigación y ocio, trabajo y descanso.



La doble fachada funciona además como un filtro solar para los momentos en que la incidencia sea más vertical. Las plantas colgadas se riegan mediante un sistema automático de goteo que toma el agua directamente de un aljibe en cubierta. Éste se alimenta de la propia escorrentía de cubierta, con lo cual reciclamos, de manera efectiva, la necesidad hídrica del riego, tanto para la fachada vegetal como para las zonas verdes de la parcela. La vegetación, escogida de plantas locales, y compuesta según su coloración, propiedades de hoja, durabilidad y forma.



El espacio más plástico del proyecto es sin duda el porche diáfano de planta baja. Es evidente el guiño que establece el edificio con ejemplos modernos señalados, con el uso del hormigón a tabla y la ausencia de elementos que interfieran la continuidad espacial. El respeto hacia el edificio existente, y sobre todo a su parte más pública, su hall de entrada, se produce al permitir la continuidad visual a través de este espacio totalmente diáfano, que enmarca, con su doble altura hipóstila, la visión a través de él, hacia la Sierra y el resto del Parque Tecnológico.



DATOS TÉCNICOS

Localización: Granada, España. Arquitecto: Miguel Martínez Monedero. Cliente: Universidad de Granada. Colaboradores: María de Lara Ruiz, Miguel Ángel Serrano Martínez (arquitectos), Bella Romero Vega, Sonia Luque Espejo, Tamara Jiménez Jiménez, Carmen Vázquez Moreno, María Aparicio Álvarez (estudiantes de arquitectura). Consultores: Miguel Hurtado Lináres (Otingar S.L) y Juan Antonio Palomo (Ingeniero Industrial). Arquitecto Técnico: Luis Felipe Olmedo Macías. Diseño del proyecto: 2008. Terminación de las obras: 2011. Superficie construida: 1243 m². Contratista general: Constructora San José.